Un sueño, un proyecto, una realidad.

Una diferencia sustancial entre los seres humanos y los demás de la creación, es la capacidad de soñar que tenemos los primeros.  Lo hacemos despiertos, lo hacemos dormidos, pero todos y de diferentes maneras soñamos.

Desde que somos niños soñamos, nuestros sueños tienen que ver con nuestras aspiraciones y necesidades.  El niño pobre sueña con tener sus tres comidas, aquel otro nacido en circunstancias diferentes sueña con Disney, al final del día los dos tienen un sueño.

Cuando vamos creciendo, esa hermosa capacidad de soñar se nos va apagando pues aprendemos a ser “lógicos”, realistas, y a entender que los sueños son sólo eso: ilusiones y nos enredamos en el espiral de la vida. Debemos estudiar, para ser “alguien en la vida”, al menos así nos decían nuestras maestras de primaria.  Aprendemos probabilidades de éxito, y apostamos solo si tenemos gran certeza de que el resultado será favorable.  Aprendemos a vivir en la realidad y ya no hay espacio para soñar, so pena de ser catalogado como un ser que se está escapando de la normalidad.

Una gran cantidad de personas con todo el entusiasmo del caso, hacen proyectos para cumplir sus sueños, sin embargo, con los primeros tropiezos optan por abandonarlos, y regresan a la cordura y demás fórmulas estadísticas y lógicas que les dicen que el camino no es el correcto, y abandonan sus sueños.

Un pequeño grupo de personas, perseveran en seguir con el proyecto, en seguir enfocados en su sueño y seguir modificando el proyecto, son esas personas las que al final del día logran lo que no se pensaba posible en un inicio, y logran hacer realidad su sueño.

Cuando una persona tiene un sueño, y a ese sueño le diseña un proyecto, sin importar todos los obstáculos que se puedan presentar en el camino, está próximo a convertirlo en una hermosa realidad.

Este mes de agosto de 2022, Global Support cumple 20 años de haberse constituido como empresa ecuatoriana, y ha venido a mi memoria una niña de tan solo seis años de edad, que soñaba con ser abogada para hacer justicia, y ayudar a las personas, y aunque el camino no lo tenía claro, y las dificultades fueron múltiples, siempre regresaba al sueño original de ayudar a las personas.

Recuerdo como si fuera ayer, el día en que empecé con Global Support, luego de haber estado trabajando en la Banca por más de diez años, y nuevamente la lógica indicaba que lo prudente y seguro era continuar con un empleo que me aseguraba un sueldo fijo, en lugar de apostar por una Empresa naciente.

Volví a soñar, en contra de toda lógica, entendí que el camino para ayudar a las personas estaba en darles la posibilidad de ser útiles y generar ingresos, por medio de un empleo digno. Empecé a construir el proyecto.  No puedo decir cuantas veces caí y cuantas me levanté, no tiene mucho sentido recordarlo solo sé que fue parte del proceso.

Luego de 20 años de estar al frente de Global Support, haber tenido más de 150 empleados, y seguir siendo una Empresa de éxito, regreso la mirada a la niña de 6 años que soñaba con ser abogada y ayudar a las personas que necesitan, veo que mi sueño se ha cumplido, que no fue fácil, que ni siquiera fue soñado de la forma en que se dio, pero que se hizo realidad.

Nunca debemos dejar de soñar, no debemos abandonar nuestro proyecto que posibilita que alcancemos lo que soñamos.

Seguiré soñando en que Global Support siga creciendo, cumpliendo su sueño de proporcionar empleo a más personas, que encuentran en la Empresa, su herramienta que viabiliza el cumplimiento de sus propios sueños.

 

Artículo escrito por: Dra. Carmen Elena Cepeda P.